Este es el mejor resumen del balance que puede hacerse de la gestión municipal de García Chamorro al frente del Ayuntamiento de Motril a lo largo de los últimos cuatro años, en opinión de la portavoz de IU-Equo.
La gestión del gobierno del PP en Motril durante este tiempo, se puede resumir, a juicio de IU-Equo, en una campaña permanente de imagen, anuncios propagandísticos y promesas incumplidas, a lo que ha dedicado 250 mil euros en publicidad audiovisual para vender un proyecto de ciudad virtual, que nada tiene que ver con la realidad que están viviendo los vecinos.
En febrero de 2021 el gobierno local anunciaba el lanzamiento de una treintena de proyectos, que finalizarían, entre 2022 y 2023, y que “incidirán positivamente sobre la riqueza y el empleo de todo el municipio”, señalando que supondrían la “creación de 7.000 puestos de trabajo directos y 500 indirectos”.
A día de hoy, dos años después de ese anuncio, buena parte de esos proyectos no se han llevado a cabo, otros están dando sus primeros pasos y la mayor parte de ellos se han quedado en anuncios y titulares; Motril tiene cerca de 5.000 personas paradas registradas y la riqueza anunciada, desde luego, no está llegando a las familias motrileñas.
A lo largo de estos cuatro años se ha intentado acostumbrar a la ciudadanía a los anuncios grandilocuentes de la señora García Chamorro, como que en Motril las actuaciones del gobierno local iban a tener como resultado “el mayor cambio físico de la ciudad y de todo el municipio de los últimos cincuenta años con una inversión económica de más 39 millones de euros”, o la “atracción inversora impensable” que la ciudad estaba mereciendo gracias a “la fortaleza de la dirección política del municipio, a la vitalidad, ilusión y cohesión del equipo de gobierno”, o “Vamos a dar un salto sin precedentes”, o una ciudad “que ya tiene el protagonismo económico, social y cultural en Andalucía que nadie discute”. “Impulso histórico de Motril sin precedentes”. “Despegue económico y estratégico de la ciudad”. Y muchos otros, con el objetivo de crear un clima de opinión favorable a las actuaciones del gobierno municipal.
Esta ha sido la tónica general del gobierno de las derechas en Motril durante su mandato: anuncios hiperbólicos y promesas finalmente incumplidas, que han pretendido maquillar una gestión irresponsable, alejada del interés general de la ciudad y del de sus vecinos y vecinas, a la medida de intereses partidistas y de los poderosos que siempre van de la mano del Partido Popular.
Motril languidece ensimismada en un rancio orgullo sin que se hayan abordado con seriedad y rigor muchos de los problemas que tiene una ciudad de sus características como la limpieza y mantenimiento de sus calles, de sus plazas, parques y jardines, la movilidad en su centro histórico, la apertura de espacios públicos para la convivencia, la dotación de nuevos equipamientos deportivos, o el cuidado de sus playas y de su entorno medioambiental.
En el debe del gobierno del Partido Popular y de la señora García Chamorro, debe apuntarse, asimismo, el deterioro de los servicios públicos municipales que su gestión ha ocasionado y la inoperancia de una administración municipal que no ha dejado de precarizarse durante su ya largo mandato, en un contexto de conflictividad laboral con la plantilla municipal en su conjunto y con la policía local y los bomberos, de modo particular.
Un enfrentamiento que se ha enquistado por la arrogancia y prepotencia de la alcaldesa, que está suponiendo una crisis de confianza entre los mandos policiales y la plantilla, una situación indeseable para garantizar adecuadamente la seguridad ciudadana, que dejará secuelas difíciles de superar en el corto plazo.
En este apartado también puede anotarse el deterioro de la imagen de Motril por las malas prácticas de la alcaldesa de Motril en la gestión de fondos públicos y sus consecuencias judiciales.
Todos los gobernantes deberían rendir cuentas de su gestión al finalizar sus mandatos y hacer un balance objetivo de sus logros y de los proyectos que, finalmente, no se han podido llevar a cabo. Pero ni Luisa García Chamorro ni el PP parecen muy partidarios de estos ejercicios de transparencia.
No es de extrañar, ya que un repaso somero de las actuaciones y promesas anunciadas y las finalmente ejecutadas no deja en buen lugar la gestión de la que presumen la alcaldesa y su equipo de gobierno. Cabe revisar alguno de esos grandes anuncios.
Omiste ha repasado algunas de estas actuaciones virtuales que se han anunciado, pero que no se han llevado a cabo. Entre otras, la transformación integral del paseo de las explanadas y del caso histórico de Motril, la reordenación de la plaza de la Tenería y la adecuación del entorno del mercado, las actuaciones de mejora anunciadas en el entorno de la Iglesia Mayor y la transformación de calles y plazas del centro histórico, la construcción de un anfiteatro junto a la Oficina de Turismo, el nuevo edificio de las Áreas de formación, empleo y juventud en el barrio de los Álamos, la rehabilitación de la Huerta Carrasco, o la construcción de un nuevo recinto ferial, entre otras.
En este rápido repaso, se cuentan al menos quince grandes actuaciones anunciadas con plazos concretos de ejecución y detalles que, a día de hoy, no puede acreditarse que hayan sido finalmente realizadas. Es decir, que se han utilizado alegremente para proyectar una imagen de actividad y de gestión de proyectos que no se corresponden con la realidad. Es decir, propaganda y humo.
Cuatro años después de la llegada al gobierno municipal del PP y de la señora García Chamorro, la ciudad no ha dado ese salto hacia adelante anunciado ni se ha producido ese cambio de su fisonomía sin parangón en los últimos cincuenta años ni tampoco el despegue económico y estratégico de Motril. Algo que resulta fácilmente comprobable y que saben sus vecinos y vecinas.
La ciudad sigue teniendo parecidas carencias y necesidades a las que tenía hace cuatro años, con la principal diferencia que desde el gobierno local ha venido llevando a cabo una campaña de imagen sin precedentes, con el único objetivo de construir una realidad paralela, virtual, que sirviera a sus gobernantes para vender eslóganes y titulares. El Partido Popular no tiene ni ha tenido un proyecto de ciudad propio para Motril, más allá de las recetas habituales y caducas del neo liberalismo de derechas.
Pero, no sólo son pocas las mejoras concretas y tangibles que deja el Partido Popular en la ciudad sino que, además, deja una herencia política que puede lastrar la gestión municipal en los próximos años.
El PP y Luisa García Chamorro no se merecen tener la menor credibilidad por parte de los vecinos y las vecinas de Motril ni tampoco su confianza a la vista de los resultados de su gestión y de su comportamiento “tramposo”.
Además de la situación de desmantelamiento de los servicios municipales, y las dificultades que plantea su recuperación, están la conflictividad con determinados colectivos, los desequilibrios en el presupuesto municipal y las consecuencias de las actuaciones fallidas, como la organización del concierto de Plácido Domingo, cuya suspensión o aplazamiento sigue sin resolverse con la empresa organizadora y que, finalmente, puede ocasionar un coste económico importante e indeseable a las arcas municipales.