IU-Equo exige al gobierno local soluciones urgentes para garantizar la apertura normalizada de la Charca de Suárez

En los últimos seis meses la Charca de Suárez no ha podido abrir sus instalaciones 38 días por falta de personal. Aproximadamente la Charca ha permanecido cerrada durante cinco días hábiles de cada mes.

A pesar de que la alcaldesa se refiere a la reserva natural como “una de las joyas naturales del municipio”, asumiendo la obligación de preservarla y ponerla en valor, durante sus años de gobierno no ha adoptado medidas para corregir las diversas deficiencias que presentan sus instalaciones y su funcionamiento, entre otras, completar su vallado perimetral y dotar de recursos suficientes a su plantilla.

La plantilla de la Charca de Suárez está actualmente integrada por cuatro efectivos, debido a la baja de un trabajador y a la falta de reposición de otro cuya baja se produjo en 2021. 

Con esa insuficiente plantilla desarrolla un programa de recuperación de hábitats y diversas actividades de educación ambiental que la han convertido en un recurso educativo y de primer orden en el contexto del litoral granadino, recibiendo aproximadamente 16.000 visitas anuales.

Jose G. Llorente, concejal de IU-Equo

Para paliar esta situación, entre las medidas de mejora que propone IU-Equo –ha detallado el edil de su formación, Jose G. Llorente–, además de dotar de los recursos humanos necesarios a la plantilla de la instalación, se incluyen el incremento de las inversiones destinadas a la actividad y funcionamiento del humedal, la apuesta decidida por la potenciación de la Reserva como parte esencial de la oferta turística y de los valores medioambientales de la ciudad y, por último, la ampliación de la superficie del humedal, tal y como estaba previsto.

El mantenimiento de la actividad es posible, a juicio de IU-Equo, gracias a que una de las señas de identidad de esta Reserva Natural Concertada es la importante implicación social en la protección y mantenimiento del espacio, que se concreta en un programa de voluntariado ambiental, desarrollado en colaboración con la Asociación Buxus, cuyo objetivo principal es integrar a la población en la gestión del humedal, haciéndola partícipe en la toma de decisiones y en la ejecución de estas.

El concejal de esta formación, Jose G. Llorente, ha informado de que, según fuentes la Reserva, las principales actividades que realizan los voluntarios son las relativas a la conservación del humedal, ayudando a mejorar su función ecológica, controlando, vigilando y eliminando los impactos negativos, combatiendo la expansión de las especies invasoras, catalogando la flora y fauna y las diferentes comunidades, censos y recopilación de observaciones para contribuir a conocer la distribución, tamaño poblacional y situación de las diversas especies de fauna y flora, especialmente las amenazadas o las exóticas en expansión. También se ocupan de la restauración de la vegetación mediante plantaciones o de la instalación y mantenimiento de refugios, comederos y bebederos para la fauna.

En el año 2021 este programa contó con 200 voluntarios mayores de 18 años.

La RNC Charca de Suárez cuenta con el Premio Nacional “Ciudad Sostenible” otorgado por Ecomed -Fundación Forum ambiental– que públicamente reconoce que es posible conjugar el desarrollo económico y la protección de los recursos naturales. 

Está incluida en el “Programa de Seguimiento de Aves Acuáticas”, en el que la Consejería de Medio Ambiente viene realizando censos mensuales desde el año 2003 y dentro del “Programa de Seguimiento de Humedales”.  Asimismo, la Charca de Suárez ha sido incluida en el Inventario de Humedales de Andalucía. 

De las ocho actuaciones necesarias previstas para el buen funcionamiento de la Reserva durante el año 2021, únicamente pudieron llevarse a cabo dos de ellas, debido a la falta de recursos humanos, económicos y a otras circunstancias, según se desprende de su Memoria de actividades de 2021.

Desde Izquierda Unida se afirma que las actuaciones anunciadas de la construcción de un centro de recepción de visitantes y, en el futuro, otro de interpretación medioambiental son bienvenidas y necesarias, dado que mejorarán la instalación, pero –sostienen– no solucionarán los problemas existentes si la Reserva no puede abrir en el horario establecido durante los días previstos para ello, así como si no se acometen las actuaciones precisas para el desarrollo de las actividades de mantenimiento y mejora.

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