Después de una reflexión personal y colectiva, decidió renunciar a su acta de concejal por motivos personales y apartarse de la política institucional, dejando el lugar a otro compañero de su organización, Izquierda Unida. Expresó su orgullo de haber sido parte de una formación política que defiende los intereses de las clases populares y las familias trabajadoras, y reiteró su compromiso con la limitación de mandatos y la renovación política.
A pesar de su retiro del cargo, afirmó que seguirá involucrado en el activismo político y social, defendiendo causas como la memoria histórica y la libertad del pueblo saharaui. Agradeció sinceramente a sus compañeros por su paciencia y respeto, así como por la experiencia y el aprendizaje adquiridos durante su tiempo en el ayuntamiento. Sin embargo, mencionó algunas frustraciones, como la falta de renovación estructural en la administración local y la ausencia de una condena clara al franquismo.