El Partido Popular, con el apoyo de sus compañeros de viaje (Escámez, Cs y tránsfugas), impone un modelo de ciudad acomodado a los intereses de los grandes propietarios de suelo que desprecia el interés general de la ciudad, de sus vecinos y vecinas y de las generaciones futuras.
El presupuesto municipal aprobado por el Partido Popular y sus socios resuelve de un plumazo cómo abordar estos grandes retos: ladrillo, campos de golf y puertos deportivos. Un modelo anacrónico que se ha demostrado sobradamente ineficaz, medioambientalmente insostenible y socialmente pernicioso. Una apuesta, la del gobierno local de Motril, que pone en riesgo y condiciona gravemente el desarrollo futuro de nuestra ciudad y, en consecuencia, el bienestar de sus vecinos y de sus vecinas.