La Feria de Motril de 2015 no será recordada como una de las mejores ni más brillantes de nuestra ciudad. El escaso atractivo de los eventos programados, la solución dada a la Feria de día, o las malas condiciones de los espacios destinados a la diversión de los jóvenes han configurado una Feria que pasará sin pena ni gloria y que será recordada por la “puntualidad motrileña” del castillo de fuegos artificiales en la playa de Poniente.