IU-Equo reclama la flexibilización de las reglas fiscales para abordar la reconstrucción económica y social desde el Ayuntamiento de Motril

Inma Omiste ha declarado que, en momentos como el que estamos viviendo, frente a una realidad económica y social muy adversa, los ayuntamientos no pueden eludir su carácter de administración de proximidad y deben contribuir a resolver los problemas de sus vecinos y vecinas con todos los medios a su alcance, ayudando a las familias, a los trabajadores y las trabajadoras, a las empresas y a los autónomos, así como al tejido social y a la sociedad civil organizada.

Pero, afrontar los gastos en servicios sociales y acometer las inversiones necesarias que refuercen lo público y lo colectivo no resulta posible sin abordar la flexibilización de la regla de gasto para que los ayuntamientos puedan participar en la solución a esta crisis de forma equilibrada, tal y como ha propuesto recientemente la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP).

IU-Equo rechazará el presupuesto municipal por no defender los servicios públicos ni garantizar los derechos sociales y por no incluir medidas para combatir el cambio climático

Ni a gasto social, ni a creación de empleo, ni a mantenimiento y limpieza de la ciudad, ni a playas o promoción del turismo; los dineros de los motrileños y motrileñas se destinarán, fundamentalmente, a seguir manteniendo una Administración municipal anquilosada que actúa por inercia al servicio de intereses políticos partidistas.
Las retribuciones de los quince miembros del equipo de gobierno ascienden a 577.829,27 euros.
Una cantidad seis veces mayor que el dinero que se destina en conjunto a Igualdad, Atención social, Infancia y familia, Educación, Bibliotecas, Formación y empleo y Desarrollo del litoral, que asciende globalmente a ochenta y ocho mil ciento sesenta y nueve euros (88.169 euros).

IZQUIERDA UNIDA SÓLO APOYARÁ UNOS PRESUPUESTOS CON UN INCREMENTO SIGNIFICATIVO DEL GASTO SOCIAL

Para Izquierda Unida, los presupuestos deben servir para contribuir a avanzar hacia una ciudad socialmente más justa, más equitativa e igualitaria; una ciudad integradora orientada a las personas, especialmente a las más vulnerables socialmente. Para ello, los próximos presupuestos municipales debería responder a tres criterios básicos: contar con la mayor participación posible de los vecinos y vecinas; incrementar sustancialmente el gasto social y, por último, adoptar una perspectiva de género que permita desarrollar políticas que contribuyan a reducir la intolerable brecha de la desigualdad entre mujeres y hombres