Se quiere alimentar una polémica inventada, confundir a la opinión pública, enturbiar con mentiras y descalificaciones el debate y, en definitiva, justificar lo injustificable: el gobierno local de Motril ha decidido mantener la medalla de oro de la ciudad al dictador Francisco Franco.
Ha rechazado las acusaciones del concejal de cultura motrileño, Miguel Ángel Muñoz Pino, en el sentido de que su formación podría haber retirado la medalla al dictador en el año 2006, cuando formaba parte, con dos concejales, del gobierno local de Motril. No es cierto que en ese año se pudiera adoptar una decisión como ésta, fundamentalmente porque la normativa estatal no se aprobó hasta el año 2007 y la andaluza hasta 2017. Es decir, no existía un marco normativo que permitiera sacar adelante dicha iniciativa.

Ha emplazado al concejal de Cultura a que demuestre, a través de algún medio de prueba, cualquiera de las acusaciones que ha vertido hacia la labor y las actuaciones de los concejales de IU en su momento y que, si no es así, se abstenga de difamar y descalificar a sus adversarios políticos. No podemos compartir una manera de hacer política pendenciera y tabernaria que, en vez de argumentos y razones, utiliza insultos, descalificaciones y mentiras. No se puede tener la lengua tan larga y el respeto a la verdad, tan corto.