La desigualdad en el ámbito del espacio público municipal es evidente: de las treinta y nueve calles denominadas en los últimos años, treinta y cinco han correspondido a hombres, cuatro a mujeres, y una es una denominación religiosa o confesional. Se ha designado con diferentes nombres siete Centros educativos, cinco con nombres de hombres y dos con nombres de mujeres. De las veintiséis medallas de oro concedidas, veinte han recaído en hombres, dos en mujeres, y 4 en instituciones religiosas o confesionales. Los hijos predilectos de la ciudad nombrados durante este período han sido cuatro hombres y una mujer.